12 septiembre, 2008

ESTRELLA FUGAZ

De negro azabache se fue tiñendo el cielo mientras la luna se miraba coqueta en su espejo y el sonido del vaivén de las tímidas olas, rizaba su hermoso pelo.
Un faro, a lo lejos, guiñaba el ojo a la suave brisa que mecía al inmenso piélago.
Se descubría una noche distinta.
Lejos de mi hogar, contemplaba serena aquel paisaje, percibiendo hasta el más mínimo detalle.
Aunque casi todo parecía recordarme a mi esencia, hubo algo que hizo detenerme por un instante. Fue el momento en el que, mis ojos se detuvieron en un ornamentado cielo, vestido con su más hermoso traje, repleto de lentejuelas que danzaban al son del vals de la noche. Mi mirada se quedó prendada de tan hermoso espectáculo. Pues estando acostumbrada a las luces de la ciudad, nunca había apreciado la magia que puede llegar a desprender una noche de verano, vista desde el balcón de mi habitación del hotel en aquella Cala con ese encanto tan especial. Invitando a dejarte llevar.
Era como el lugar de encuentro de muchas constelaciones que se citaban para dibujar figuras imaginarias que se manifestaban tan cercanas como intangibles.
Me sumergí en la belleza del Universo, alejada del mundanal espectro.
Y mientras caminaba mi mente por su oscuridad, pasó ante mis ojos la estela de una lágrima dorada, que casi no me dio tiempo apreciar.
Me quedé paralizada, intentando seguir su rastro con la mirada. Mis ojos se adentraron en el inmenso mar como si en algún momento lo pudiese cruzar.
Llegar hasta la otra orilla y encontrarla en su eternidad.
Anhelaba su vuelta, quería verla una vez más. Que me pidiera mil deseos que se los concedería sin dudar.
¿Dónde andarás, estrella fugaz?
Yo te seguiré buscando nadando en este mío mar, pues estoy segura que llegará ese día en el que te pueda encontrar y poder verte aunque sea una vez más,... estrella fugaz.

10 comentarios:

Esther dijo...

Fuiste afortunada en ver ese cielo tan bonito y con una estrella fugaz,porque hoy en día como bien dices con las luces de las ciudades no se puede contemplar en todo su esplendor. Yo a veces en las noches de verano donde tengo la ventana de la habitación abierta intento distinguir las estrellas en el cielo y no las logro distinguir por los focos de luz y me da muchisima pena,pues sería bonito dormirse contando estrellas.

besos

Cristina dijo...

Alegre de volverte a encontrar, pues se ha notado ausencia.

Uff, sobre estrellas fugaces, cuánto podríamos hablar... De la huella de pérdida que dejan a su paso, de los deseos acariciados que se llevan con ellas para siempre, de la luz que nos ilumina por un momento dejándonos la boca abierta y los ojos ilusionados, de la brecha dorada que abren entre el oscuro tan sólo por un instante, de la conciencia de vida que te regalan pues quién mejor que una estrella fugaz para desvelar el verdadero sentido de la vida: fugacidad, sombra y luz y sombra otra vez, magia huidiza, ocasiones derrochadas en la distracción de una mirada, pasión que se evapora por la vacilación de la conciencia...

Así es la vida, una estrella fugaz.

Yo tengo los reflejos astutos y los ojos bien abiertos hacia el cielo para consagrarme a mi próxima estrella fugaz, esta vez se bien lo que quiero pedirle.

Muchos besos y bonito regreso.

María dijo...

Hola preciosa:

¡Qué bonito escrito has hecho! de verdad, me ha encantado, describiendo como lo has hecho ese cielo azul con esa estrella que la has bordado con diamantes y que alumbra como un enorme destello.

En el camino de la vida nos encontramos con personas que, como las estrellas, siempre están, aunque estén lejos o no se vean, siempre las sentimos muy profundamente.

Un placer haberte leído en tu blog, y sobre todo, haberme encontrado en el mío con tu precioso comentario.

Te dejo un abrazo y un beso muy fuertes con una rosa.

loose dijo...

Esther, hay veces en la vida que no necesitas mirar al cielo ni dejar ventanas abiertas para ver muchas estrellas, pues brillan tanto que es imposible que pasen inadvertidas. Te lo aseguro. Sólo hace falta abrir bien los ojos para poder percibirlas mejor y compartir y, a su vez, ser cómplices de su luz.

Gracias Cristina, toda una experta en leer entre líneas. Bonitas palabras.

María, a tí es imposible no sentirte chiquilla.

el piano huérfano dijo...

LA vida es una estrella fugaz, pero cuando miras al cielo puedes elegir una para ti, aun que luego no la reconzcas ella siempre sabrá iluminarte, elige la estrella ya que el cisne no esta escondido y tiene tanta luz, solo le falta aquella estrella que nos acompaña y seguro que esa que se fugo es la señal de un nuevo comienzo.

enhorabuena mi precioso cisne ese parque te echaba de menos.

en particular yo

loose dijo...

Hola pianito, estoy segura de que, esa estrella que se fugó, es precisamente la que más me iluminó.

Pues nunca había visto una igual.
Parece que al caer y perderse en la oscuridad brillaba aún más.

Besitos.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Devuelvo tu muy amable visita a mi blog, para agradecerte tal visita y tu muy lindo comentario.

He visto tu blog. Oye, esto esta divino... que cosa mas bonita.

Te leeré a menudo.

UN CORDIAL SALUDO

Anónimo dijo...

¡Hola muchacha!
Muchas gracias por visitarme en mi desván y por dejar huella.
Sigo tus pasos hasta tu escondite y la verdad es que me han encantado tus palabras, por lo que ha sido un placer leerte.
A ver si esto es el comienzo de una bonita amistad.
Un beso fuerte, cuídate y seguimos en contacto, ¿vale?

el piano huérfano dijo...

tu casa se llena de mis amigos y me encanta...se dibuja una sonrisa en mi cara porque sé que has trabajado mucho por este blog que es parte de tu trabajo personal, parte de aquel cisne que no sabía que era cisne y ahora lo tiene claro

María dijo...

Vengo a darte las gracias por el regalo de tus preciosas palabras dejadas en mi blog, y a dejarte un beso muy grande deseándote un feliz comienzo de semana, esperando un nuevo post en tu blog para deleitear tu bella escritura.