DE IDA Y VUELTA

Hay momentos en la vida que, por circunstancias debemos tomar decisiones que jugarán un papel muy importante a lo largo de nuestro viaje.
Son decisiones que probablemente marquen un nuevo rumbo, nos indiquen una nueva ruta a seguir. Tomar otro camino y dejar a un lado esa cuesta en la que permanecíamos, soñadores, ansiosos, escalando hacia la cumbre, sin echar un vistazo a nuestro alrededor. Permaneciendo unos instantes en silencio oyendo nuestra voz interior. Observando la belleza del paisaje, esos pequeños detalles...Dejando que todo fluya, sin imposiciones ni compromisos.

Hay momentos en la vida que descubrimos que debemos frenar el ritmo, que debemos transitar a gusto, sorteando con valentía y orgullo esas piedras que asoman osadas en nuestro camino, apartando espesuras y evadiendo astillas que intentan clavarse en nuestra piel con burlonas intenciones.

Hay momentos en la vida en los que nos tenemos que adaptar a los avatares que se nos agregan y debemos aprender a convivir con ellos, a mimarlos, a cuidarlos como si fueran nuestros. La única manera de transcurrir por ambos lados de la senda augurando ganancias y crecimiento.

Hoy llego a mi hogar dejando atrás años de sonrisas y lágrimas, de dudas y miedos, de decepciones e ilusión, de instrucciones y enseñanzas, de tensiones y momentos en calma. Sensación de efímeros instantes que permanecerán para siempre en mi alma. Porque la historia aquí no acaba...La historia se repetirá en cuanto la luz que un día creí que se apagaba, cobre fuerzas para seguir aportando mi granito de arena en la que siempre será mi segunda casa.