O lo que es lo mismo, ni siento ni padezco, ¿sí?
Pues así fueron transcurriendo los días. Uno detrás de otro.
Pasando el tiempo trazando momentos a los que aferrarme para no hundirme en mis propias huellas. Inventando sentimientos coloreados en blanco y negro. Mirando a mi alrededor y no viendo nada. Tocando el aire hasta arrancármelo a pellizcos del alma. Arrastrando a mi paso todo lo que me rodeaba...
Cansada de todo, ilusionada con nada. A tientas, palpando todo lo que en mis manos se hallaba para intentar reconocer lo que una vez fue. Tanta luz como emanaba, tanta fuerza que era capaz de enfrentarme a gigantes, a todo lo que me perturbara. A todo lo que a mis seres queridos dañara...
Permitiéndome sentir, emocionarme, elegir, decidir...en definitiva, creer en mí.
¿Dónde quedó todo aquello?
¿En que parte del camino los arrojé provocando esa condena?
Quería encender la luz que llevaba dentro, deshacerme de los "malos pensamientos", encontrar el antídoto a este veneno que recorría mi cuerpo...recuperando el calor y la dulzura que me proporcionaría la paz que tanto ansiaba en mis adentros.
PRECISAMENTE DE TÍPRECISAMENTE DE TÍ (I)