Sentados en la orilla del mar,
frente a frente...se hizo el silencio.
Conectando las miradas, sus labios se fueron acercando lentamente...jugando a encontrarse...buscándose, rozándose...Bebiéndose las bocas sedientas de anhelo.
Poco a poco, gotas de sudor iban empapando sus cuerpos, dando paso a intensos besos sublimes que iban rozando su cuello, erizando su piel...bajando lentamente, dibujando con su lengua suspiros de deseo a la vez que sus cuerpos se iban encendiendo, presos de su fuego.
Mientras un manantial de sensaciones danzaban al son de las olas, cómplices de susurros y jadeos, las aguas avivaban la llama.
Y el mar...
El mar, testigo mudo de dos almas atraídas por la pasión del momento.
frente a frente...se hizo el silencio.
Conectando las miradas, sus labios se fueron acercando lentamente...jugando a encontrarse...buscándose, rozándose...Bebiéndose las bocas sedientas de anhelo.
Poco a poco, gotas de sudor iban empapando sus cuerpos, dando paso a intensos besos sublimes que iban rozando su cuello, erizando su piel...bajando lentamente, dibujando con su lengua suspiros de deseo a la vez que sus cuerpos se iban encendiendo, presos de su fuego.
Mientras un manantial de sensaciones danzaban al son de las olas, cómplices de susurros y jadeos, las aguas avivaban la llama.
Y el mar...
El mar, testigo mudo de dos almas atraídas por la pasión del momento.